Genocidio en el Congo
El país continuó siendo una enorme bolsa de mano de
obra barata para las empresas europeas que continuaron explotando los recursos
para su exclusivo beneficio, especialmente explotando los inmensos depósitos de
minerales que continuaron saliendo del Congo. Los territorios de Ruanda y
Burundi fueron incorporados administrativamente al Congo Belga por delegación
de la Liga de Naciones. Los misioneros cristianos, mayoritariamente católicos
fueron los responsables de levantar el nivel educativo y mejorar los servicios
médicos.
En el siglo XIX, durante el reparto europeo de
África, el Congo fue entregado al rey Leopoldo II de Bélgica (1835-1909), quien
lo gobernó durante décadas, como si se tratara de su hacienda privada .En la
búsqueda de caucho y marfil, los belgas asesinaron a más de 15 millones de
congoleses en los primeros 30 años de su dominio. Pero aunque ya en 1890, el
misionero americano G.W. Willians hizo la primera denuncia sobre las
monstrusidades de las que fue testigo, aún tardarían 10 años en estallar el
escándalo en Europa. El parlamento belga obligó al rey Leopoldo a ceder sus
dominios del Estado Libre del Congo, quedando todo el territorio bajo la
autoridad del gobierno.
En tan sólo dos décadas, el rey Leopoldo II de Bélgica había
convertido una parte de África central, ochenta veces mayor que su país natal,
en su propiedad privada.Sus abusos de poder y los malos tratos a los africanos
provocaron tal escándalo que el Parlamento belga, en un esfuerzo por mantener
la constitución monárquica y el poder real, votó la anexión del Estado Libre
del Congo y la convirtió formalmente.
En 1959 inicialmente se legalizan todos los partidos
congoleños, y se realizan elecciones generales en el Congo. La actividad
electoral dio origen a todo tipo de acuerdos entre los partidos congoleños de
los cuales surgieron tres alianzas políticas: organizaciones separatistas, la
segunda era el MNC-Lumumba, y la tercera fuerza era la encabezada por el hombre
fuerte de Katanga, Moise Tshombe.
La primera guerra panafricana había empezado: el
genocidio de las poblaciones se extenderá a la primera guerra del Congo, a la
segunda y al gobierno de transición.
El genocidio, por
causa de la guerra y la pobreza, es claro, crece la deshumanización. La guerra
del Congo se planificó con las inversiones de corporaciones multinacionales de
Estados Unidos, Alemania, China y Japón en la región.
Erick Salas
Paolo Ratti
Genocidio en el Congo
La anexión del
territorio a Bélgica por parte de Leopoldo II fue formalizada por
medio de un tratado firmado el 15 de noviembre de 1908, que fue
aprobado por el Parlamento belga en agosto y por el Rey en octubre
de 1909. La colonia fue administrada por un gobernador
general con base en Boma, ayudado por varios vice gobernadores
generales. En Bruselas, había un ministro colonial, que presidía sobre
el Consejo Colonial compuesto por 14 miembros. La colonia fue
dividida en 15 distritos administrativos. El presupuesto colonial era analizado
y aprobado anualmente por el Parlamento belga.
Cuando el
gobierno belga tomó la administración, la situación en el Congo mejoró de
manera significativa aunque siguió manteniéndose, de forma legal, un tipo de
"Apartheid". Los cambios económicos y sociales transformaron el Congo
en lo que en Europa llamaron una "colonia modelo", se construyeron
escuelas primarias y secundarias, como también hospitales, y algunos congoleños
tuvieron acceso a ellos. Los médicos lograron erradicar la Enfermedad del
Sueño. Había un puesto médico en cada aldea, y en ciudades más grandes, las
personas tuvieron acceso a hospitales bien equipados. La Administración
continuó con las reformas económicas mediante la construcción de vías férreas,
puertos, caminos, minas, plantaciones, áreas industriales, entre otras.
La
administración belga ha sido caracterizada como un colonialismo de
corte paternalista: una modalidad del autoritarismo con elementos
sentimentales. El sistema en general fue dominado por la Iglesia Católica.
En 1948, el 99,6% de los establecimientos educativos estaban controlados
por misiones cristianas. La enseñanza brindada a los nativos era principalmente
religiosa. Los niños aprendían a leer y escribir, y ciertas nociones de
matemáticas, pero eso era todo.
La
administración política quedó bajo el control total de la "madre
patria"; no había instituciones democráticas locales. El gobierno belga
controló el país, pero las acciones del gobierno cotidiano eran llevadas a cabo
por el gobernador general, que era designado como un administrador
colonial por el gobierno.
Pero el
paternalismo de la "colonia modelo" habría de reventar. En 1952,
el Gobernador General Léon Antoine Marie Petillon escribió al
Secretario Colonial, exponiendo que si no se tomaban medida para mejorar la
situación en el Congo, Bélgica perdería su colonia más rica, proponía
otorgarle a la población nativa mayores derechos civiles, incluido el derecho
al voto. El gobierno belga se opuso a esta propuesta, alegando que "sólo
desestabilizaría la región". En Bélgica, algunos diputados querían
incorporar el Congo al Reino de Bélgica, de esta manera los nativos congoleños
se convertirían en ciudadanos belgas, y por lo tanto tendrían plenos derechos
civiles en Bélgica.
Aun así, los
nativos congoleños no tenían ningún poder. Todo se decidía en Leopoldville y
Bruselas. La secretaría del Congo Belga y el Gobernador General tenían control
absoluto, mientras que la población no tenía ninguno. Entre la población
congoleña, el malestar contra esta falta de democracia creció. En 1955, la
clase alta en la civilización congoleña, los llamados "évolués"
(evolucionados) iniciaron una campaña para acabar con la injusticia.
En el siglo XIX,
durante el reparto europeo de África, el Congo fue entregado al rey Leopoldo II
de Bélgica (1835-1909), quien lo gobernó durante décadas, como si se tratara de
su hacienda privada. El dominio belga fue sanguinario, incluso para los
brutales estándares del colonialismo europeo en África. En la búsqueda de
caucho y marfil, los belgas asesinaron a más de 15 millones de congoleses en
los primeros 30 años de su dominio.
Leopoldo iba
dictando normas por las que expropiaba a los pueblos congoleños de todas sus
tierras y recursos e incitaba a su ejército privado, la Fuerza Pública, a
servirse de todo tipo de torturas, secuestros y asesinatos para someter a la
población a los trabajos forzados. Además de crear su propia empresa para la
extracción del caucho y marfil, concedía tierras a empresas privadas a cambio
de un porcentaje sobre los beneficios.
A partir de
1900, la prensa europea y estadounidense comenzó a informar acerca de las
dramáticas condiciones en que vivía la población nativa del territorio. Las
maniobras diplomáticas y la presión de la opinión pública consiguieron que el
rey belga renunciase a su dominio personal sobre el Congo, que pasó a
convertirse en una colonia de Bélgica, bajo el nombre de Congo Belga.
Nicolas Ramirez del Villar
Genocidio en el Congo
El
genocidio que se dio en el Congo fue dándose paso por paso, empezó con la colonización
Belga, que, aunque mejoró el desarrollo del país, este siguió siendo una bolsa
de mano de obra barata, y que hasta 1925, no propiciaba educación adecuada a
los dueños de las tierras. En estos tiempos la población aumentó hasta 325 000
habitantes.
Las
riquezas de estas tierras siempre han sido objeto de codicia, empezando ya
varios siglos antes en la que los países se invadían unos a otros. Los colonos
no ayudaron a detener esto, sino que lo empeoraron.
El
rey Leopoldo II quien asesinó a más de 15 millones de nativos. Por los años 30 el
impuso tasas elevadas y los habitantes fueron desposeídos de sus tierras,
obligados a recolectar caucho. El misionero G.W. Williams denunció esto, pero todavía tardó una década más hasta que fuesen cedidos los territorios.
En
Argelia, 1954, estalló una guerra en Argelia, ocasionada por estados africanos
independientes, los cuales eran Egipto, Liberia, Etiopia y Sudáfrica. Recién en
1957 Bélgica permitió actividad política en el Congo, y se planteó la obtención
de la independencia., para evitar los problemas.
Gracias
a todos los conflictos que ha habido, han causado más de 4 millones de personas
entre 1998 y 2004 durante la primera y segunda guerra mundial del Congo. Parece
una historia sin final feliz, para eso estamos nosotros, quienes con dedicación
algún día podremos detener esto.
Paolo Ratti
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